Balsa de Campgràs |
En el Mediterráneo seco, bien representado por el macizo del Garraf, las balsas constituyen puntos clave para la vida de muchas especies, especialmente para aquellas en que el agua va ligada irrefutablemente a su ciclo vital, como los anfibios y muchos invertebrados. Una colonia de ranas verdes, algún ejemplar de serpiente de agua, vegetación acuática (clorófitos y cianófitos) e invertebrados (Notonecta y varias larvas) pueblan esta pequeña isla de agua dulce. Campgràs es, efectivamente, un prado. Abundan gramíneas, como el cerrillo y el heno, así como también plantas ruderales de diversas especies, como el hinojo.
La vegetación que la rodea es un matorral dominada por coscoja, al que acompañan muchas otras especies, como el romero, el lentisco, el tomillo y otras plantas aromáticas. También localizaremos fácilmente muchos ejemplares de carrizo, una gramínea gigantesca cada vez más extendida en el macizo. Pocos árboles, de desarrollo muy pobre, forman el casi inexistente estrato arbóreo: acebuches, higueras y algún pino sobresalen tímidamente entre el mosaico de arbustos. Los incendios, numerosos e intensos, han sido los grandes protagonistas en el modelado de la actual vegetación. El palmito, símbolo del parque, nos acompaña por todo el itinerario. Se trata de la única palmera autóctona europea. El Garraf encuentra su límite septentrional de distribución, por lo que la importante población del macizo goza de un estatus de protección.