Barraca de Ramon de Gibert de Baix |
Las barracas de viña son el exponente más popular de una antigua técnica edificatoria, la 'piedra seca', que utiliza como material básico y casi exclusivo la piedra sin trabajar y sin ningún elemento de unión. El aspecto austero de estas pequeñas edificaciones (una planta circular o rectangular) esconde una complejidad técnica considerable que podemos analizar observándolas tanto desde el exterior como desde el interior.
El muro se construye a partir de hiladas de piedras rectangulares escogidas entre las del mismo entorno. La inestabilidad derivada de las irregularidades de las piedras se resuelve mediante pequeñas piedras angulosas colocadas a presión que, haciendo de cuña, compactan todo el conjunto. La cúpula es el elemento más complejo y determina la anchura del muro que debe soportar.
Se construye de forma similar al muro, pero en este caso las hiladas de piedra se disponen de manera que salgan hacia el interior para cerrar el conjunto. La ligera inclinación de las hiladas hacia el exterior y la cornisa permiten escupir el agua. Finalmente, la vuelta se cubría de tierra para mejorar la impermeabilización. Existen varias soluciones técnicas para la apertura del portal, pero la mayor parte se resuelven a partir de un dintel de losa. En muchos casos, la barraca cuenta con algunas estanterías en el interior y con una pequeña abertura para mirar al exterior. En definitiva, esta técnica se basa en un juego de equilibrios entre las presiones de las piedras con un resultado extraordinario que ha llegado hasta nuestros días.